23 de noviembre de 2010

Presentación del recorrido del Dakar 2011

En la presentación del recorrido del Dakar Argentina-Chile 2011 realizada hoy en París, los organizadores aseguraron que la dificultad de la carrera irá en ascenso con el avance de las etapas.

"Hemos concebido un rally in crescendo para mantener la intriga sobre el final hasta el último día", aseguró el director de la prueba, Etienne Lavigne, encargado de desvelar los detalles del recorrido de la tercera edición del Dakar que se llevará a cabo en Argentina y en Chile.

Casi 10.000 kilómetros, la mitad de ellos cronometrados, deberán recorrer los participantes en la prueba, que comenzará el 1º de enero en el Obelisco de Buenos Aires y tendrá su final el 16 de enero, también en la Capital Federal.

"Tenemos una participación de ensueño y un recorrido fabuloso, los principales ingredientes para un bello Dakar", indicó Lavigne.

Los organizadores han elaborado un recorrido que va de menos a más, con todos los ingredientes típicos del rally, con caminos rápidos, terrenos pedregosos, ascensos duros y, como de costumbre, las dunas desérticas que, una vez más, tendrán una consideración particular.

Desde su presentación junto al Obelisco, donde este año se congregó un millón de espectadores, el rally se lanzará por terrenos rápidos y técnicos y donde el pilotaje marcará las primeras diferencias en al general.

La caravana entrará en el "corazón de la dificultad" a partir del cuarto día, cuando se afronte el ascenso andino. En una jornada los pilotos comenzarán en San Salvador de Jujuy y pasarán la cordillera, con el consiguiente riesgo de la altura, para llegar a Calama tras haber recorrido 761 kilómetros, 207 de ellos cronometrados.

No será una etapa muy difícil pero sí muy técnica, al igual que la siguiente, que acabará ante la costa Pacífica, en Iquique, y que marcará el ascenso en dificultad de la prueba. Tras un "infernal" recorrido de pistas pedregosas, los pilotos atravesarán una zona de salinas para acabar con el primer contacto con las dunas de Atacama.

El desierto cobra todo su protagonismo en la sexta etapa con final en Arica, junto a la frontera peruana, la parte más septentrional que el rally ha tomado en su recorrido sudamericano, una zona en la que la navegación será protagonista.

Tras un día de descanso en esa ciudad, la caravana pondrá rumbo al sur con la etapa más larga, 819 kilómetros, 611 cronometrados, que acaban en Antofagasta tras atravesar todo tipo de superficies, dunas, cañones y pistas técnicas.

De camino a Copiapó el rally ascenderá las dunas de arena más altas del mundo, situadas a 1.400 metros sobre el nivel del mar. Al día siguiente esa misma ciudad será escenario de una especial corta pero difícil por su gran concentración de dunas.

El rally volverá de nuevo a mirar a los Andes, al paso de San Francisco que devolverá a la carrera a Argentina no sin antes haber sufrido el frío intenso de los 4.000 metros y el paso de las dunas blancas, antes de llegar a Chilecito.

La carrera volverá a acelerar rumbo a Córdoba, por donde pasará por segunda vez, con caminos con piedras, rápidos pero peligrosos, y con algo de arena.

Ya sólo faltará llegar de nuevo a la capital y rendir homenaje a los ganadores, tras una última etapa en la que los coches rodarán a 130 kilómetros por hora.

Como grandes novedades técnicas los organizadores han previsto que en algunas etapas se separe el recorrido de los coches y el de las motos, que tendrán partes específicas para aumentar la belleza y mejorar la seguridad.

Además, se reducirá el uso del GPS, autorizado hasta ahora a tres kilómetros de los puntos de paso y que en la próxima edición sólo podrá ser utilizado a 800 metros.

"El Dakar es una carrera ante todo de personas. Queremos potenciar sus habilidades frente a las de la técnica", afirmó Lavigne.

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